Vender un piso que ha sido heredado. Pasos a seguir.

Heredar un piso y ponerlo a la venta son dos acciones o decisiones que suelen ser correlativas. Se sustancian en una serie de actos jurídicos diferentes, pero igualmente necesarios, para la culminación de estos dos procesos mencionados.

A menudo existe una gran desinformación sobre los pasos en los que se materializan la herencia y la subsiguiente venta de una vivienda. En este sentido, hemos de recordar que ignorar las leyes no exime de su cumplimiento.

Tengamos en cuenta, por tanto, que, si nos saltamos algún trámite en estos procedimientos, pueden derivarse consecuencias jurídicas que supongan sanciones y cobros de intereses.

Por consiguiente, vale la pena estudiar, paso a paso, cuáles son las gestiones que se deben realizar para vender en condiciones óptimas un inmueble heredado en Barcelona.

Aceptar el testamento es el punto de inicio

En primer lugar, para que una persona pueda vender una vivienda heredada va a ser necesario que pueda adquirir los derechos que la hacen titular de la misma.

La transmisión de esta titularidad, por lo general, se hace efectiva mediante el testamento que redacta quien va a legar. Aunque, si este documento no existe, también es posible heredar el inmueble. En este sentido, hay que cumplir lo que señala, en relación con los herederos legitimarios o forzosos, el artículo 807 de nuestro Código Civil.

Heredar es un trámite que no tiene, en principio, nada de automático. Lo primero que hemos de retener al respecto es que podemos aceptar la herencia o renunciar a ella. Recordemos, por ejemplo, que el inmueble para heredar puede estar afectado por unas cargas que no nos interesen.

Por eso, no olvidemos que el Código Civil nos da un plazo de treinta días para decidir. Además, si son varias las personas que han sido nominadas como herederas, el procedimiento se hace, si cabe, más complejo.

¿Qué hacemos si pensamos en vender la vivienda tomada en herencia en Barcelona?

A continuación, aclaramos los pasos para vender el inmueble heredado.

– Si nos hemos decidido a aceptar la transmisión patrimonial, nos hacen falta tanto el certificado de defunción como el de últimas voluntades. Este documento podemos conseguirlo en el Registro General de Actos de Última Voluntad.

– Posteriormente, y contando con las escrituras de la vivienda, tenemos que dirigirnos a la notaría pública para cumplimentar la escritura por la que nos adjudicamos el inmueble.

– Comienzan, a partir de este momento, los trámites que hay que llevar a cabo en el Registro de la Propiedad, que es la instancia en la que se va a hacer efectivo el cambio de titularidad de la vivienda. La complejidad de estas tramitaciones, por otra parte, va a depender de la casuística. Si somos herederos únicos y contamos con un testamento que lo acredite, las gestiones van a resultar más sencillas. Sin embargo, cuando hay más herederos involucrados, se hacen más difíciles los pasos, puesto que implican la participación de más personas, las cuales pueden estar en desacuerdo con nosotros.

La liquidación de los primeros impuestos es primordial

Efectivamente, forma parte del proceso que ha de culminar en la toma de posesión de la vivienda. Son dos los que hay que abonar:

– El impuesto de sucesiones y donaciones (ISD) debe ser pagado en la Agencia Tributaria (es de cobro autonómico) correspondiente a la localidad en la que vivía quien lega, que no tiene por qué coincidir con la relativa a donde se encuentra el inmueble. Disponemos de un semestre para pagarlo, aunque podemos pedir que nos lo prorroguen otro más.

– La plusvalía, por su parte, se abona a la Administración municipal y tiene que ver con el cálculo de la diferencia entre el valor del inmueble cuando el testador se hizo con él y el que ha alcanzado cuando ha sido adquirido por parte del heredero. Si tardamos más de un año en realizar la venta de la vivienda, hemos de señalar que va a tener que volver a ser pagado. Si antes lo hacíamos como herederos, posteriormente lo vamos a hacer como vendedores.

Una vez liquidados estos impuestos, ya contamos con todos los trámites realizados y documentos precisos para proceder a la inscripción de la vivienda en el Registro de la Propiedad a nombre del nuevo titular. Ahora sí que ya cumplimos los requisitos oportunos para poder venderla.

¿Por qué puede ser interesante contactar con una inmobiliaria para tramitar este proceso?

En una agencia inmobiliaria ponemos a disposición de nuestros clientes los recursos humanos y materiales necesarios para informar a quienes necesiten asesoramiento a la hora de combinar heredar y vender un inmueble. En ocasiones, algunos de estos trámites pueden convertirse en farragosos para quienes no estén familiarizados con la terminología, las gestiones y las cargas fiscales que caracterizan estas operaciones.

Si se deja estos asuntos en manos expertas, no hemos de preocuparnos por la presentación en tiempo y forma de todos los documentos que se exijan. Además, se optimizan, en ahorro de tiempo y dinero, los resultados de las decisiones tomadas.

Por último, tenemos que destacar que, cuando ya se ha vendido el piso, queda otra obligación que no puede ser ignorada por quien va a recibir un ingreso relevante por esta operación. Nos referimos, una vez más, a cumplir con las obligaciones en materia tributaria.

En este sentido, hemos de tener en cuenta que haber vendido el inmueble ha supuesto un incremento del patrimonio económico de quien lo había heredado. Por consiguiente, se trata de una operación de suficiente calado como para que sus resultados deban ser incluidos en la liquidación anual del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).

Este asiento ha de figurar en la declaración relativa al ejercicio en el que se produjo la transmisión. Por otro lado, su cálculo, a grandes rasgos, depende de lo que difieran el valor de transmisión y el de adquisición. Asimismo, hemos de restar a este resultado los gastos de la operación justificables ante Hacienda.

En definitiva, vender un piso heredado puede ser una decisión muy beneficiosa, pero ha de completarse sin saltarse ningún trámite legal.

¿Cuánto vale mi casa? Cómo se tasa una vivienda

La tasación es una parte fundamental en la venta de una vivienda, así como en su compra. Este proceso permite a propietarios y compradores asegurarse de que se está pagando y recibiendo lo que estipula el mercado en ese momento. Por eso, hemos querido dedicar un artículo a hablar sobre cómo se puede tasar una vivienda.

¿Cuánto dinero vale nuestra casa? En qué consiste la tasación

Es un proceso en el que un profesional tasador se encarga de dar un valor monetario a una vivienda. Por ejemplo, si un propietario desea tasar un piso para su venta o para repartir las partes por una herencia, lo que se hace es darle un valor que depende del estado del piso o de la casa, de la zona en la que se encuentra, de su tamaño y de otra serie de factores variables.

Además, una de las cuestiones que más influyen en la valoración es el objetivo que se persigue con ella. Esto se debe a que la valoración de la vivienda se realiza siguiendo unas pautas legales establecidas de forma precisa en un protocolo. Por eso, en función del objeto final de dicho cálculo, se aplican métodos diferentes y se tienen en cuenta factores distintos, por lo que el precio asignado variará.

Por último, cabe destacar también que el valor de una vivienda está tremendamente influenciado por el momento en el que se tasa. Esto hace que el valor tasado sea válido únicamente durante un breve periodo de tiempo, pues cuando pasa algún tiempo, es necesario valorar de nuevo en función a situaciones cambiantes, como puede ser la del mercado inmobiliario.

¿Cómo se realiza una valoración de vivienda?

Las tasaciones tienen que seguir una serie de pasos que, generalmente, se pueden concretar en tres: preparación de la documentación para entregar, visita del inmueble y estudio de mercado.

Preparación de la documentación con ayuda de la inmobiliaria

En primer lugar, hay que contactar con un tasador (algo que podemos hacer con ayuda de una inmobiliaria), e inmediatamente después hay que aportarle toda la documentación disponible del lugar que se desea tasar. Concretamente, se requiere una nota del registro de la propiedad donde aparezca claramente señalada la titularidad, como muestra de quiénes son los propietarios.

Asimismo, también es conveniente aportar una copia de escritura del inmueble. Esto es importante para que el tasador pueda comprobar los datos relativos al piso con los presentes en las entidades (ayuntamiento, catastro, etc.). Debido a la antigüedad de algunos de estos documentos, los datos no son siempre exactos o correctos. Es importante tenerlo en cuenta.

Cuando ya se dispone de estos dos documentos, el tasador puede acudir al inmueble. Podrá entonces realizar una inspección para comprobar algunos aspectos distintos de los que aparecen en la escritura.

Visita del inmueble

Como decíamos, ahora llega el momento de acudir al piso en cuestión y de tener en cuenta diferentes factores. Fundamentalmente, las cuestiones más importantes para dar un valor monetario son:

Localización geográfica. La ubicación de la vivienda es extremadamente importante para especificar su valor. Esta es la razón por la que el metro cuadrado tiene valores diferentes en una capital de provincia que en un pueblo de pequeño tamaño. Entre otras cosas, esto se debe a la proximidad a servicios y comercios de todo tipo. Todo influye en el incremento del precio de los locales. Otros factores que afectan al valor en alza son los espacios verdes, las escuelas o también los hospitales.

Estado de la vivienda. No cabe ninguna duda de que una vivienda más cuidada tendrá un precio más alto que otra en la que no se hayan ido reparando los defectos en el tiempo. Ahora bien, también es importante considerar otros factores como la distribución del espacio. En esto influye el tamaño de cada habitación, de los baños, el número de estos, la entrada de luz natural, la orientación y también la altura, en el caso de los pisos. Por tanto, aquellos inmuebles diseñados por un buen arquitecto tendrán una valoración mejor.

Calificación energética. Este tercer factor que no era tan vital hace años, hoy en día sí se tiene en consideración. Tanto que contar con el certificado energético es ya una obligación. Así, se establece un índice que va desde la A hasta la G, siendo la primera una vivienda con la máxima eficiencia y ahorro de energía. Por tanto, los inmuebles con valores A, B o C serán los que obtengan mejor calificación. Para esta escala influye el tipo de calefacción, el aislamiento del edificio, los electrodomésticos y los materiales que se han utilizado en su construcción.

Estudio de mercado

Tras la inspección llevada a cabo por el tasador, queda la última parte: el estudio de mercado. En este punto influye enormemente lo dictado por la Ley Hipotecaria, que dice que el tasador compara diferentes inmuebles en la misma zona y calcula el valor en función de los metros cuadrados que tiene el lugar.

La comparación la efectúa escogiendo algunos inmuebles testigo que deberían estar en la misma zona y tener características similares (salvo en el tamaño, que luego se extrapola). Esta es la parte más complicada de la tarea, pues hay que escoger los testigos debidamente y tener en cuenta el valor final de compra o venta de un edificio. Si se observan las páginas de anuncios, no resultará del todo fiable, al haber ofertas a posteriori que reducen el precio inicial ofertado.

En este apartado de estudio de mercado los propietarios no siempre están conformes con el precio final que se le asigna a su propiedad. Es importante tener en cuenta que ellos están sujetos a la subjetividad y, por ello, se recomienda tener en cuenta siempre la opinión final de los tasadores.

En definitiva, la tasación de la vivienda es algo fundamental para cualquier inmobiliaria. Realizando una tasación antes de efectuar una operación monetaria, todo el mundo puede asegurarse de que la venta está teniendo lugar en unos valores de dinero que son los que corresponden al momento actual y al mercado.

Pisos de bancos en venta. Conoce las ventajas y los inconvenientes

Desde que estallara la crisis en el año 2008, se ha popularizado la compra de pisos que pertenecen a un banco. Con un gran número de facilidades, se trata de una de las opciones más económicas para adquirir una vivienda; una forma de crear un nuevo hogar para cualquier família.

Lo cierto es que la mayoría de las entidades cuenta con su propia inmobiliaria o una página web para obtener toda la información necesaria sobre la vivienda que hemos elegido.

Pero ¿es un proceso fácil?, ¿solo tiene beneficios? La verdad es que este procedimiento puede tener ciertas complicaciones y, sobre todo, además de ventajas, también cuenta con inconvenientes. A continuación, analizamos todo lo que hay que saber si estamos pensando en comprar un piso de estas características.

¿Qué es una vivienda de una entidad bancaria?

Un piso de un banco (que puede ser también una oficina, nave industrial, local o solar, entre otros) es un inmueble que procede de un proceso de ejecución hipotecaria. Principalmente, la mayoría de casos que nos encontramos hoy en día en España procede de la crisis financiera que sufrió nuestro país en el año 2008.

Debido a los impagos de las hipotecas, esta crisis provocó un gran número de embargos y, por tanto, se produjo una situación en la que muchas viviendas fueron adquiridas por diversas entidades financieras.

Aunque los bancos cuentan con gran parte de estos inmuebles, algunos fondos de inversiones y la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria también se han quedado con gran parte de estos pisos.

Proceso de embargo de una vivienda

El embargo es la causa más común de que los bancos se queden con estos pisos. Esto conlleva un largo proceso. En primer lugar, las entidades bancarias nos avisan del impago después de que pasen 15 días del primer recibo no abonado. Lo hacen para comprobar qué es lo que ha pasado e informarnos de la situación.

Posteriormente, llegan las comunicaciones oficiales, es decir, la entidad nos envía una serie de cartas, correos electrónicos o SMS explicando de forma detallada el problema y su gravedad. El tercer paso es entrar en mora. Esto quiere decir que, si no efectuamos el pago en un plazo máximo de 5 meses, pasamos a formar parte de la lista de morosos.

Después, aparece la demanda judicial o notarial. Significa que la entidad inicia la ejecución hipotecaria. Dentro de este proceso, se pide al Registro de la Propiedad todas las cargas sobre el inmueble en cuestión.

A partir del sexto mes de impago, se convoca la subasta en el tablón de anuncios de los diferentes ayuntamientos. También se anuncia en el Registro de la Propiedad y en los juzgados, además de en el BOE (Boletín Oficial del Estado).

El siguiente paso ya es la celebración de la subasta en una fecha y hora específica, siempre ante notario. Este es el encargado de comparar las diferentes ofertas y adjudicar el inmueble a aquel que sea el mejor postor. En el caso de que las ofertas no sean superiores al precio mínimo que se ha estipulado, la entidad bancaria puede quedarse el inmueble por el 60 % de su valor.

Por último, una vez que se ha vendido el inmueble, llega la citación de desahucio para que la persona deudora abandone la vivienda.

¿Cuáles son las ventajas de comprar un piso de un banco?

En el caso de que nos estemos planteando comprar un piso perteneciente a una entidad bancaria, debemos conocer cuáles son los principales beneficios de este procedimiento. Aquí los explicamos.

El coste de nuestro nuevo hogar

Habitualmente, el precio de estas viviendas suele ser más económico que el de los pisos que comercializan las inmobiliarias. Si bien es cierto que, a medida que pasan los años, se están equiparando cada vez más, todavía hay una distancia significativa entre ambos.

Esto ocurre porque los bancos no tienen como negocio principal el mercado inmobiliario. Por este motivo, quieren vender los pisos cuanto antes y lanzan ofertas muy atractivas, a veces, con un valor muy por debajo al que tienen en realidad.

Financiación adecuada a cada familia

Debido a los acuerdos que se tienen con las entidades financieras, los pisos que pertenecen a los bancos vienen de la mano de buenos paquetes de financiación. En la gran mayoría de casos, son inmuebles que nos garantizan una subvención completa.

Los plazos

Podemos poner los plazos de la hipoteca hasta una duración total de 40 años. Esta es una opción muy ventajosa, ya que reduciremos de forma considerable la cuota mensual.

Flexibilidad

Aquí nos estamos refiriendo a la facilidad en los pagos. Si algún mes tenemos problemas para pagar la hipoteca, nos ofrecen la posibilidad de cambiar los plazos de amortización o incluso podemos obtener ayudas para afrontar dichos pagos puntuales.

Sin comisiones de ninguna inmobiliaria

Este es un factor que nos facilita la compra notablemente, ya que no tendremos que pagar ninguna comisión por ello.

¿Y las desventajas?

Además de los múltiples beneficios que acabamos de comentar, comprar pisos de bancos también conlleva ciertas desventajas. ¿Cuáles son?

Falta de información

En muchas ocasiones, no conocemos bien cómo es la propiedad, cuáles son sus instalaciones, si funcionan correctamente y otras cuestiones similares.

Reformas

Al no saber con exactitud el estado de estos pisos, puede que muchos de ellos necesiten realizar reformas. Hay algunos que presentan, entre otros desperfectos, averías y grietas.

Larga burocracia

Es una de las peores partes, puesto que hemos de pasar unos estrictos protocolos. Si somos compradores, deberemos tener todos los papeles en regla y entregar siempre la documentación cumplimentada y de manera correcta.

Poca oferta

Debido a las facilidades que poseen, estos pisos suelen «volar» dentro del mercado, por lo que la oferta para comprar no es demasiado voluminosa y pueden tardar en aparecer más.

En conclusión, estos son los principales aspectos que debemos conocer, si queremos adquirir un piso perteneciente al banco. Podemos encontrarlos en la mayoría de webs inmobiliarias de estas entidades. Las principales en España poseen, en la actualidad, más de 150 000 activos en cartera.

Tras un divorcio, ¿Quién se queda la vivienda?

Una de las cuestiones más problemáticas tras un procedimiento de divorcio es a cuál de los dos cónyuges corresponde seguir haciendo uso de la vivienda que, hasta ese momento, correspondía a los dos.

A la hora de la atribución de la vivienda familiar a uno de los cónyuges, habrá que analizar una serie de factores que serán determinantes para dilucidar esta cuestión.

Lo primero que se debe poner de relieve es que la atribución del inmueble se realizará independientemente del régimen económico matrimonial que haya estado vigente durante el matrimonio, o bien de cuál de los cónyuges sea el titular de la misma.

Vivienda en propiedad de uno solo de los cónyuges

En el caso de que el inmueble sea propiedad de uno de los cónyuges, la propiedad no quedaría alterada. Aunque la propiedad no se va a modificar tras el procedimiento de divorcio, el uso de la misma sí puede verse afectado.

A continuación, te explicamos dos situaciones diferenciadas:

1.- Si hay hijos pertenecientes al matrimonio, el uso de la vivienda será para el cónyuge que tenga la custodia de los hijos menores.

2.- En caso de no haber hijos, el uso de la vivienda quedará atribuida al cónyuge más desfavorecido económicamente de manera temporal, hasta que dicha situación se iguale. Si no existe desequilibrio entre ambos, la vivienda será utilizada por el cónyuge propietario.

Vivienda en propiedad de ambos cónyuges

Ante esta situación debes saber que, aunque ambos cónyuges sean propietarios por mitad del inmueble, existen circunstancias que pueden originar que el uso de la vivienda corresponda solo a uno de ellos.

Aquí también habría que diferenciar dos situaciones distintas:

1.- Cuando haya un matrimonio con hijos, en cuyo caso el uso de la vivienda será para aquel cónyuge que ostente la custodia de los hijos menores.

2.- Cuando haya un matrimonio sin hijos, en cuyo caso la atribución del uso de la vivienda será para el cónyuge que tenga un menor nivel de ingresos económicos o poder adquisitivo.

¿A quién corresponde pagar la hipoteca de la vivienda tras el divorcio?

Esta duda ha sido objeto de muchas controversias judiciales durante algunos años. Fue en el año 2011 cuando el Tribunal Supremo dio luz a esta cuestión, estableciendo premisas importantes sobre a quién corresponde pagar las cuotas de la hipoteca una vez que se haya dictado sentencia en un procedimiento de divorcio.

En la sentencia de 28 de marzo de 2011 se establecieron las siguientes consideraciones:

1. Las cuotas destinadas a sufragar los gastos de la hipoteca no se computarán como cargas del matrimonio. Por lo tanto, dichos gastos deben abonarse al 50 % por ambos cónyuges a partes iguales, sin tomar en consideración la situación económica de ambos o de quien resida en la vivienda.

2. Los gastos que sí tienen la consideración de cargas familiares son aquellos que contribuyan o estén destinados al mantenimiento o conservación del inmueble que se destinen a la vivienda familiar, aun cuando se haya producido la finalización del vínculo matrimonial.

¿Qué sucede si los cónyuges viven en una vivienda de alquiler tras el procedimiento de divorcio?

Para resolver esta cuestión, habría que analizar lo establecido en la Ley de Arrendamientos Urbanos. Te contamos qué debes tener presente si te encuentras ante una situación parecida.

En primer lugar, debes tener en cuenta que el cónyuge que ha firmado el contrato de alquiler con el propietario de la vivienda, si sigue residiendo en la misma tras la ruptura del vínculo matrimonial, no tiene la obligatoriedad de comunicar este hecho al arrendador.

En segundo lugar, el cónyuge que no aparece en el contrato de alquiler podrá seguir viviendo en el inmueble tras la separación matrimonial, siempre y cuando este derecho le haya sido atribuido en la sentencia judicial.

Asimismo, el cónyuge que no aparece reflejado en el contrato de alquiler tiene la obligación de notificar este hecho al arrendador en el plazo de dos meses desde que le fue notificada la resolución judicial, haciéndole llegar una copia de la misma.

En situaciones de custodia compartida, ¿quién tiene el derecho a hacer uso de la vivienda tras el divorcio?

En aquellas situaciones en las que exista custodia compartida por ambos progenitores, el Juez, a la hora de decidir, efectuará alguna de las siguientes consideraciones:

1.- Que el domicilio sea de uso rotativo para los progenitores. Si existe dicha situación, te comentamos que la vivienda será disfrutada por aquel progenitor a quien le corresponda ejercer la custodia en ese momento, teniendo que abandonar el domicilio una vez que haya terminado dicho período.

Aquí los menores siempre permanecerán en el domicilio, siendo los padres los que ocuparán el inmueble durante períodos alternos.

2.- Que el domicilio sea de uso rotativo para los hijos. Te informamos que este es una de las circunstancias más frecuentes, siendo los hijos los que deban cambiar de domicilio y pasando el tiempo con el cónyuge que se haya estipulado previamente en la sentencia.

En este tipo de casos, la atribución de la vivienda familiar será atribuida, según establezca el Juez, al cónyuge que necesite mayor protección, teniendo en consideración aspectos importantes como la situación económica, estado de salud y posibilidad de acceso a otra vivienda.

Situaciones de familias extensas

En aquellas situaciones en las que exista un matrimonio con varios hijos y la custodia se encuentre repartida entre ambos progenitores, el Juez será el encargado de dictaminar quién se queda con el uso de la vivienda, dependiendo de la situación personal y la necesidad que exista de protección.

¿Pueden los cónyuges acordar el uso de atribución de la vivienda?

Te explicamos que esta circunstancia es totalmente posible siempre que exista una separación de mutuo acuerdo, y que dicho acuerdo quede reflejado en el Convenio Regulador que será posteriormente aprobado por un Juez. Para ello, tendrá siempre presente el interés superior del menor.

En definitiva, en los procedimientos de divorcio una inmobiliaria puede tener un papel fundamental en el caso de que ambos cónyuges decidan vender la vivienda, o bien quieran aclarar cualquier duda técnica que derive de una sentencia o contrato de arrendamiento. De ahí la necesidad de contar con un agente inmobiliario con preparación y experiencia en la materia.

Fotografía inmobiliaria, los 5 trucos para que tus fotos ayuden en la venta

Si estamos pensando en poner a la venta nuestro piso o alquilarlo a través de un portal inmobiliario de Internet, debemos cuidar cada fotografía que subamos a la red. Serán el escaparate para atraer posibles compradores. Si estas no reflejan convenientemente la vivienda, nadie se parará el tiempo suficiente para informarse sobre sus características. Tampoco habrá quien decida visitarla.

Prestaremos atención a estos trucos, propios de la mejor inmobiliaria, a la hora de tomar imágenes de nuestra casa. Son tan sencillos como prácticos. Los resumimos en cinco puntos considerados clave.

1. Ordenar en el piso antes de ponerlo a la venta

Debemos asegurarnos de que todo esté limpio y ordenado, verdaderamente impoluto. Comenzaremos por una puesta a punto general. Es el paso previo e imprescindible a la sesión fotográfica que planeamos. Nuestro objetivo es hacer de nuestro hogar el escenario ideal para las instantáneas que vamos a tomar. Nada puede fallar.

No podemos permitirnos que haya ropa sin recoger, juguetes de los niños tirados por el suelo o un cuadro torcido colgado en mitad del salón. Darían una mala impresión y perderíamos compradores potenciales en un solo golpe de vista. Estamos a tiempo de evitarlo.

Repasaremos habitación a habitación para que no haya ni rastro de suciedad ni de ningún objeto que pueda hallarse fuera de lugar. Si es necesario, daremos antes una mano de pintura a las paredes. El blanco es el color más aconsejable de todos, porque nos ayudará a dotar a cada espacio de mayor amplitud e iluminación.

2. Simular que es un hogar habitado; ello estimulará su compra

Debemos recrear la ilusión de que estamos ante un hogar habitado, en el que las fotos se han tomado en medio de su cotidianidad, como si hubiéramos irrumpido en él un día cualquiera, sin previo aviso. Si fotografiamos la cocina, podemos colocar sobre la mesa un mantel, unas tazas y algunas galletas.

La escena simulará que se acaba de servir el desayuno para la familia. La persona que vea estas imágenes se imaginará más fácilmente viviendo en el piso. Le parecerá el idóneo, tan real como acogedor, y no un decorado frío y artificial carente de atractivo, como un catálogo de muebles.

Si tomamos cualquier revista de decoración, veremos cómo las casas que aparecen en sus páginas incorporan los detalles más variopintos. Desde un florero con flores de temporada colocado estratégicamente sobre una mesa a unos cojines dispuestos de forma ordenada sobre el sofá, pasando por perfumes de primeras marcas en el tocador y una taza de café humeante en la mesa de la cocina.

Todo parece perfecto. Esa es la sensación que tenemos que producir en el espectador, cuidando cada detalle por nimio que parezca.

3. Cuidar al máximo la iluminación

Si ya tenemos el escenario idóneo para inmortalizarlo con nuestra cámara, solo debemos prestar atención a una última cuestión. Es el momento de cuidar la iluminación, un elemento clave.

Es recomendable que utilicemos la luz natural siempre que sea posible, aunque evitando cualquier contraluz. Nos olvidaremos de las cortinas para dejar pasar los rayos del sol. El flash, por el contrario, es mejor no emplearlo en esta ocasión.

Debemos complementar esta con luz artificial en aquellos puntos que queden sumidos en la oscuridad o en la sombra. Podemos incorporar focos que queden fuera de escena o lámparas que se incorporen a ella. Un lugar oscuro no resulta nada atractivo para quien se plantea su compra.
¿A quién no le gusta una casa inundada por la luz del día?

4. Recurrir a un gran angular

A la hora de fotografiar las distintas estancias de una vivienda, podemos valernos de un gran angular para conseguir que queden mejor reflejadas. De este modo lograremos encuadrar la mayor parte del espacio, permitiendo al público hacerse una idea de cómo es cada habitación en su totalidad. Es la herramienta ideal, asimismo, para fotografiar los espacios de tamaño más reducido, dado que permite dotarlos de una mayor amplitud.

Lo aconsejable es tomar en todos los casos instantáneas en formato horizontal. Las verticales no nos permitirán reflejar más que una parte reducida de la habitación en cuestión, dejando la mayor parte fuera. No resulta nada conveniente.

5. Tomar varias fotos por estancia y editarlas

No nos conformaremos con tomar una o dos fotos por habitación. Lo recomendable es tomar varias desde distintos ángulos y cambiando el foco de atención. Así lograremos distintas perspectivas, que ofrecerán otras tantas miradas diferentes. Ya tendremos tiempo más adelante de hacer una selección y compartir en la red las mejores. No nos olvidaremos de detalles concretos que sean de interés.

Lo idóneo es subir un mínimo de una por estancia y un máximo de diez en total de toda la vivienda. No debemos olvidarnos del exterior. ¿Por qué no mostrar la fachada de la construcción o su jardín si es que dispone de él?

Por muy tentados que estemos de utilizar nuestro filtro favorito de Instagram, debemos abstenernos de hacerlo. El realismo prima en este ámbito. No debemos alterar los colores ni crear marcos o ensombrecer zonas. Tampoco jugar con los enfoques y desenfoques. Esas prácticas aquí no tienen sentido.

Para asegurarnos de que las instantáneas que hemos tomado pueden compartirse en Internet, antes debemos editarlas. Si hay algo en las imágenes que no debería verse, podemos modificar el encuadre, recortándolo. Si, por el contrario, el brillo de la escena no es el adecuado, lo corregiremos. Se trata de llevar a cabo algunos cambios para su mejora, aunque, eso sí, sin alterar el contenido, hasta el punto, por ejemplo, de poner o quitar objetos.

Para finalizar, no estaría mal incluir algún tipo de marca de agua. Será el modo de asegurarnos de que nadie utiliza estas instantáneas sin nuestro consentimiento o para otros fines diferentes a aquel para el que las hemos creado.

Nuestros consejos como inmobiliaria

Como profesionales del sector inmobiliario, somos plenamente conscientes de la importancia de la fotografía para conseguir materializar cualquier compraventa. Quien pone en práctica estas recomendaciones, hace que su propiedad reciba mayor número de visitas de posibles compradores y, en consecuencia, resulta más sencillo que alguien se interese por ella. ¡Vamos a comprobarlo!

Medidas que puedes tomar ante unos inquilinos morosos

Una circunstancia que por desgracia suele acontecer con cierta asiduidad en los contratos de alquiler de viviendas es que el arrendatario se retrase en el pago de las cuotas o, simplemente, deje de pagarlas.

Ante esta situación, el propietario se encuentra ante un grave problema, no solo por el hecho de que no le abonen las cuotas derivadas del contrato de alquiler, sino porque, en muchas ocasiones, se sitúa ante otro problema aún más grave: que el inquilino no quiere abandonar la vivienda.

Por ello, vamos a explicar algunas pautas importantes que pueden tomar en consideración aquellos propietarios que se encuentren ante esta tesitura y no sepan cómo deben actuar.

Algunos aspectos importantes del contrato del alquiler

A la hora de llevar a cabo la firma del contrato, recomendamos que en él se acuerde la entrega de una fianza por adelantado.

Aunque en la mayoría de los contratos se inserta la cláusula del pago de la fianza, no siempre puede ser así. Con ello, el propietario se garantiza tener una cierta cantidad de dinero guardado por si se produce el hecho de que el arrendatario deje de pagar el alquiler.

También es usual insertar una cláusula contractual donde se especifique que, si no se cumplen los plazos y formas a la hora de realizar los pagos de las mensualidades, se rescinda el contrato de alquiler. Para ello, es necesario que este hecho quede reflejado en el contrato, además de que este se encuentre inscrito en el Registro de la Propiedad y haya requerimiento notarial o judicial al inquilino.

Como puede apreciarse, existen algunas notas jurídicas que deben ser revisadas por profesionales especializados para evitar en el futuro algunos problemas de esta índole.

Notificación al inquilino moroso a través de un medio fehaciente

Debemos tener presente que cualquier propietario o arrendador tiene la facultad de reclamar al inquilino por la falta de pago. Esta acción puede iniciarse desde que se produce el primer mes de incumplimiento del contrato por falta de pago o aquellas otras que sean asimiladas a esta y que sean obligatorias para el inquilino (como pueden ser, por ejemplo, las de suministro).

Antes de llegar a la vía judicial, debe intentarse de forma amistosa que el arrendatario pague las cantidades adeudadas. Por ello, una buena solución que proponemos es notificar este hecho al inquilino moroso a través de un medio fehaciente (burofax o carta certificada con acuse de recibo), exhortándole a que abone las mensualidades que ha dejado de pagar.

En este punto, recomendamos acudir a un abogado especialista en la materia con el objetivo de que sea este quien firme dicho requerimiento, garantizando con ello que se han cumplido todas las formalidades legales existentes.

Una vez que el arrendatario ha sido notificado, dispondrá de 30 días para satisfacer la deuda antes de poder iniciarse cualquier trámite legal para el cumplimiento de sus obligaciones de cara a ponerse al corriente de pago.

Durante este período, el propietario puede negociar con el inquilino cuándo va a producirse el abandono de la vivienda por voluntad propia por parte del arrendatario (para ello, debe firmarse el correspondiente documento de resolución contractual, la entrega de las llaves y el reconocimiento de la deuda) o bien que sean ambas partes las que fijen en calendario de pago (en el caso de que haya buena fe por parte del arrendatario de abonar las cuotas impagadas) y que, de esa manera, el inquilino tenga la posibilidad de permanecer en el inmueble.

Presentación de demanda de desahucio ante impagos del alquiler

Si se han agotado todas las posibilidades amistosas y el propietario no ha podido cobrar las cantidades derivadas del alquiler, el último paso es presentar una demanda de desahucio.

Este procedimiento viene recogido en el artículo 440 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y tiene como finalidad que el propietario pueda recuperar las cantidades que no se le han abonado por el alquiler del inmueble, así como cuando el inquilino no quiere marcharse de la vivienda por incumplimiento contractual.

Una vez presentada la demanda y aceptada a trámite, el juzgado requerirá al demandado (en este caso, el arrendatario) para que, en el plazo de 10 días, desaloje la vivienda y abone las cantidades impagadas. Si el arrendatario no compareciera en juicio o se opusiera a la demanda, se decretará el fin del procedimiento y se procederá a realizar el lanzamiento en la fecha que se haya acordado.

Es importante saber que este procedimiento, en la actualidad, puede prolongarse entre 4 y 8 meses.

El seguro de impago de alquiler

La realidad es que cada día son más los propietarios que, ante la incertidumbre de encontrarse ante un inquilino moroso, deciden contratar el seguro de impago de alquiler.

Con esta póliza de seguro queda protegido todo propietario que se vea afectado por el impago de la mensualidad en un contrato de alquiler, cubriendo el pago de aquellas rentas que no se hayan abonado con un máximo que quedará establecido en la propia póliza de seguro.

Lo usual es que este tipo de pólizas se contrate para un plazo de 12 meses y que se incluyan algunas coberturas adicionales como, por ejemplo, la defensa jurídica del propietario para reclamar las cantidades adeudas al inquilino, o bien para recuperar el inmueble a través del procedimiento de desahucio.

Este tipo de seguros puede contratarlo cualquier persona que decida alquilar su inmueble, aunque es habitual que la aseguradora efectúe un estudio de viabilidad y solvencia financiera del arrendatario.

Para ello podrá solicitar los documentos que estime conveniente y que conduzcan a acreditar la solvencia económica del arrendatario (por ejemplo, nóminas a trabajadores por cuenta ajena o declaraciones trimestrales de IVA a autónomos).

El coste habitual de este tipo de seguros alcanza, como máximo, el 5 % de la renta anual que se haya acordado en el contrato de alquiler.

En definitiva, desde nuestra inmobiliaria ofrecemos el mejor asesoramiento profesional en la materia de alquiler de viviendas, ayudando siempre a resolver cualquier controversia que surja como consecuencia de este tipo de situaciones.

¿Qué impuestos hay que pagar cuando se vende una casa en Cataluña?

Llevar a cabo la venta de un hogar es una tarea complicada que requiere tener en cuenta todos los aspectos legales, administrativos y fiscales pertinentes con el fin de evitar posibles sanciones o reclamaciones. En este artículo, nos centraremos en el último aspecto (el fiscal) para explicar qué impuestos deben pagarse al vender una vivienda en Cataluña. Además, indicamos el plazo de presentación de los mismos y el lugar donde deben abonarse.

Marco legal de la vivienda de inmuebles

Este artículo está redactado en 2020, por lo que se encuentra totalmente actualizado respecto a la normativa fiscal española. De todas formas, recomendamos siempre contar con el apoyo de una inmobiliaria que indique posibles modificaciones legales que puedan afectar a las gestiones que estemos interesados en llevar a cabo.

¿Qué impuestos hay que pagar al vender una casa en Barcelona?

Todos los tributos que deben abonarse dependen de las distintas normativas que promulgan, principalmente, tres administraciones: la Agencia Tributaria estatal (para el pago a nivel nacional), la Generalitat de Cataluña (para tributos de carácter autonómico) y el Ayuntamiento de Barcelona (las ordenanzas fiscales municipales).

Impuesto sobre la renta

Si al realizar la venta de un piso experimentamos una ganancia de patrimonio, esta cantidad de dinero a favor habremos de incluirla en la próxima declaración de la renta de la manera que detallamos a continuación. Hay que puntualizar que esta declaración se realiza entre mayo y junio, solicitando el modelo D 100 en la Agencia Tributaria.

Para calcular si existe una ganancia patrimonial se aplica la siguiente fórmula:
se toma el valor de venta (valor escriturado – gastos y tributos de la venta que tenemos que asumir como vendedores) y se le resta el valor de adquisición (valor escriturado + mejoras e inversiones + gastos y tributos de compra – amortizaciones).
Esta última cifra (la de adquisición) se multiplica por el coeficiente de actualización correspondiente al año de compra del inmueble.
Aunque parece complicado, es bueno conocer esta fórmula que quizá serán otros los profesionales que se encarguen de realizar. Al conocer cómo se calculan los impuestos podemos entender el porque de los mismos.

Una vez hecho este primer cálculo, si descubrimos que existe una ganancia patrimonial se incluirá en la declaración de la renta por medio del porcentaje correspondiente, que sería el siguiente:

– Si la ganancia es igual o inferior a 6000 euros, tributará al 19 %.

– Si se trata de una cantidad entre 6000 y 24 000 euros, el porcentaje será de un 21 %.

– Para montos superiores a 24 000 euros, se tributará al 24 %.

Impuesto de plusvalía municipal en una compraventa

La venta de un inmueble y cualquier operación de transmisión del mismo (ya sea donación, herencia, etc.) están sujetas al impuesto de plusvalía municipal, que grava la diferencia de valor económico que ha sufrido el terreno sobre el que está construida la vivienda durante el tiempo que el propietario lo ha tenido en posesión.

Hasta 2018, este impuesto debía abonarse independientemente de si el terreno había experimentado un aumento de su valor real o no. Sin embargo, en 2019 se modificó esta normativa, de modo que ahora solo tributan los terrenos que hayan sufrido un cambio en su valor. Este impuesto debe pagarse en los 30 días posteriores a la venta del inmueble acudiendo a la administración municipal.

Dado que la cantidad a pagar se calcula en función de numerosas variables, no es posible dar una cifra exacta. Sin embargo, podemos explicar una fórmula de utilidad. Para ello se necesita conocer el valor del terreno y el número de años que llevamos siendo propietarios del mismo, así como el porcentaje anual y el tipo impositivo. Esa fórmula sería la siguiente:

Se multiplica el valor que tiene el terreno por el número de años que se ha tenido la propiedad (hasta un máximo de 20) y por el porcentaje anual que detallamos más abajo. A este resultado se le aplica un tipo impositivo del 30 %, o de un 4 % por cada mes completo que se haya tenido el terreno si el periodo fuera inferior a un año.

De acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona, los porcentajes aplicables cuando el periodo de tiempo es mayor de un año son los siguientes:

– Por un periodo inferior a 5 años, se aplica un 3,7 %.

– Hasta 10 años se gravará con un 3,5 %.

– Para tiempos de hasta 15 años, el porcentaje será de un 3,1 %.

– Hasta 20 años, corresponderá un 2,8 %.

Del mismo modo, hay que puntualizar que si la persona no ha adquirido la totalidad del terreno a la vez, sino que lo ha ido haciendo en fechas diferentes, cada una de esas fechas de adquisición constituirá una base imponible distinta. En este caso, el valor del terreno se calculará en proporción a la cuota adquirida en cada fecha, y a cada una de las partes se le aplicará el porcentaje de incremento de su periodo correspondiente.

Por último, para saber el periodo de tiempo durante el que hemos sido dueños del terreno, solo es necesario mirar en las escrituras. Y respecto al valor del terreno, este se encuentra detallado en el recibo del impuesto sobre bienes inmuebles (IBI).

Más información sobre este impuesto puede encontrarse en la web del Ayuntamiento de Barcelona, donde se detallan también las posibles exenciones y bonificaciones.

Otros gastos que deben tenerse en cuenta

Una operación de compraventa conlleva otros gastos que, aun no tratándose de tributos, son de pago obligatorio. Están relacionados con la necesidad de que el piso quede libre de cargas al momento de su venta (lo que se demuestra con su correspondiente certificado).

En primer lugar, si no se ha terminado de pagar la hipoteca, estamos ante dos posibles casos: que se cancele anticipadamente la hipoteca abonando la cantidad que falte o que se le traspase al nuevo propietario a cambio de una rebaja en el precio del inmueble.

A su vez, debemos tener en cuenta los gastos de la inmobiliaria por las gestiones realizadas y los pagos que debamos afrontar a lo largo del año (pagos de la comunidad, IBI, tasa de basuras, derramas, etc.).

Importancia de recabar el apoyo de una inmobiliaria

En conclusión, al vender una vivienda es fundamental asegurarse de estar al día de todos los impuestos que deban liquidarse. Conocer esta información es imprescindible para que la operación resulte segura y no enfrentarse a problemas futuros. Para eso puede ser muy útil contar con el apoyo de una inmobiliaria para estas gestiones.

Aspectos legales de la compraventa, ventajas de estar bien asesorado

La compraventa de una vivienda es sencilla si se cuenta con la asesoría de una buena inmobiliaria. En caso contrario, podemos encontrar complejidades, ya que existen diversos aspectos legales a concretar para poder garantizar el éxito de la operación. No solo se trata de firmar y pagar, sino que entran en juego muchos detalles.

Por ello, es necesario contar con los servicios que ofrecen este tipo de empresas, cuyos agentes se asegurarán de que toda la transacción va sobre ruedas. Entremos a conocer cuáles son las ventajas de estar bien asesorado en este momento.

Qué es y cómo funciona el contrato de compraventa

Si, tras pasar por un proceso de búsqueda de vivienda, hemos encontrado justo lo que necesitábamos, debemos conocer todos los trámites documentales que nos esperan.

– Para iniciar el proceso de compra debemos preparar un contrato.

– Luego tramitaremos los restantes procedimientos (pago de impuestos, inscripción en el registro, escrituración…) hasta que la casa o el piso llegue a nuestras manos.

Un contrato de este tipo es un tipo de acuerdo consensual, donde ambas partes acuerdan comprar y vender el inmueble y manifiestan su consentimiento e intención. Este contrato expresa que tanto el comprador como el vendedor aceptan las condiciones propuestas.

En concreto, esto se hace para dejar por escrito que el comprador acepta el precio y el vendedor entrega la casa. Pero, aunque estas son las obligaciones principales, posteriormente se pueden añadir otras estipulaciones. Estos contratos vienen acompañados de una serie de información y documentación que se introducirá de forma clara a lo largo del documento, entre los que se destacan:

– Lugar y fecha del contrato.

– Identificación de las partes.

– Descripción del inmueble vendido, en detalle.

– Cuál es el precio total de venta y cómo se realizará el pago.

– Importe del desembolso inicial.

– En el caso de haber plazos sucesivos, describir cuáles son los acordados.

– Interés exigible en caso de demora.

– Si se diera el caso, cláusulas accesorias, como reserva de dominio o arras.

Una vez introducidas todas las estipulaciones con el consentimiento tanto del vendedor como del comprador, el contrato podrá llevarse al Notario. Conocemos este trámite como “elevación a escritura pública”, y otorga mayor seguridad jurídica a la operación.

En resumidas cuentas, desde el mismo momento de la firma del contrato privado, este será obligatorio para las partes (art. 1091 Código Civil). Pero siempre es recomendable que el trámite pase por un Notario que lo formalice en escritura pública, ya que, de este modo, podremos acceder a los Registros Públicos y disfrutar de ventajas probatorias en un eventual proceso judicial.

¿Para qué sirve un contrato de compraventa de vivienda?

Este tipo de contratos sirven para determinar, fijar y clarificar las obligaciones y derechos de las personas o empresas interesadas. En caso de que alguno de los contratantes incumpla su parte, el otro podrá iniciar las correspondientes reclamaciones, obteniendo:

– El abono de una indemnización.

– La resolución del contrato.

– Un mandato judicial para que se produzca la compra y venta de la vivienda en los términos convenidos.

¿Quiénes intervienen en estos contratos?

Dentro de ellos figuran dos partes: el comprador y el vendedor.

– El comprador: Puede ser una persona física o jurídica que, por medio de su firma, se compromete a pagar el precio acordado en las condiciones pactadas.

– El vendedor: También puede ser una persona física o jurídica y, en su caso, acepta entregar el inmueble (que debe ser de su propiedad) sin vicios ocultos y en el momento establecido. Por supuesto, firmado el contrato, el vendedor deberá desalojar el inmueble en el momento acordado si venía utilizándolo.

Sin embargo, también participan otras personas en la negociación, interviniendo de uno u otro modo en el proceso:

Agente inmobiliario: Agilizará las negociaciones y ayudará tanto al comprador como al vendedor en el desarrollo de la situación. La asistencia de estos profesionales es más que recomendable si pensamos invertir en bienes inmuebles.

Abogado: Es un técnico jurídico, cuyas funciones son defender los intereses de su cliente, asesorarle y verificar que todos los aspectos legales estén en orden.

Notario: Formaliza el contrato de compraventa, dándole carácter de escritura pública.

Registrador. Inscribe la operación en el correspondiente Registro Público, dando publicidad (efectos frente a terceros) a la compra.

Derechos y deberes de las partes

Teniendo en cuenta que las partes interesadas son el comprador y el vendedor, conviene conocer cuáles son los derechos y obligaciones de cada uno.

Derechos y deberes del vendedor

La persona natural o jurídica que hace la venta debe tener la obligación de velar por el inmueble hasta que concluya la venta. Es decir, aunque se haya firmado el contrato, el vendedor es garante de entregar la vivienda en excelentes condiciones o, al menos, de la misma manera en que se le mostró al comprador. Por otra parte, tiene la obligación de hacer entrega formal en la fecha estipulada.

Obligaciones y derechos del comprador

La obligación principal del comprador es pagar el precio convenido, en las condiciones estipuladas. En caso de que incumpliera esta obligación, el contrato habilitaría al vendedor para ejercitar las acciones correspondientes que, como hemos señalado, le permitirían:

– Obtener una indemnización por los daños y perjuicios que se deriven del impago o el retraso en el pago.

– Exigir el cumplimiento del contrato, lo que implicaría que el juez podría llegar a ejecutar el patrimonio del comprador para garantizar el pago.

– Resolver el contrato, lo que anularía la compra y le devolvería la titularidad de la vivienda, sin perjuicio de que reclame la correspondiente indemnización.

Otras condiciones en la transmisión de una casa

No olvidemos que el contrato de venta del piso puede incluir otras condiciones. Por ejemplo, es común que se pacten unas arras o señal, que permitirán penalizar a aquella parte que se eche atrás en el proceso de compra.

El éxito de las operaciones de compraventa depende en gran parte de que estemos asesorados. Un buen contrato puede garantizar que el negocio llega a buen puerto, previendo las eventualidades que puedan surgir y estableciendo mecanismos de resolución para evitar problemas legales. Por eso, es interesante contratar a una inmobiliaria.

Cómo organizar tu mudanza de forma efectiva

A casi todos nos llega ese agridulce momento en el que nos toca cambiar de vivienda. Agridulce, porque se entremezclan las ganas de empezar de nuevo en otro hogar con la nostalgia que muchas veces nos deja el abandono del que hasta ahora lo ha sido. A todo esto, se suma la laboriosa, pesada, densa, larga y, a veces, titánica labor de empaquetar los miles de objetos que podemos llegar a tener por casa.

Si ha llegado este momento, debemos tomárnoslo con calma y ser previsores. Cuanto más nos organicemos, más rápido y fácil será el proceso. Pero ¿cuál es la mejor forma de afrontar una mudanza?

Lo primero: contratar o coordinar los medios de transporte que usaremos

Parece muy obvio, pero es un paso que se nos puede pasar por alto si estamos algo nerviosos. Debemos calcular a conciencia la distancia a la que nos mudamos para saber qué medios de transporte necesitaremos. Podemos estar hablando de metros (en la misma calle) o kilómetros; ya sea en nuestra misma ciudad, en otra provincia, en otro país o quizá incluso tengamos que cruzar el océano.

Para cada destino conviene una forma de organización diferente. Lo más probable es que, en base al lugar donde nos mudemos y nuestros propios recursos, tengamos que elegir qué cosas nos llevamos y qué cosas no, ya que transportar todos nuestros muebles y electrodomésticos de un país a otro sin posibilidad de hacerlo por tierra es algo caro y aparatoso. Una vez tengamos claro cómo transportaremos nuestras pertenencias, por grandes que sean, llegamos al siguiente paso.

La clave está en el orden

Si aún tenemos tiempo hasta nuestra mudanza, estamos de suerte, porque este artículo puede ayudarnos considerablemente.

Tener nuestras cosas ordenadas y clasificadas es algo beneficioso a nivel práctico y mental. De nada sirve que nuestra casa parezca impoluta a simple vista, pero que al abrir un armario encontremos treinta objetos diferentes guardados que solo están ahí para no ser dejados a la vista. Existen, hoy, varios métodos de organización de cada estancia de nuestro hogar que pueden ayudarnos a desechar todo lo que no necesitamos y organizar correctamente lo que sí usamos.

No obstante, si no somos personas organizadas actualmente, nada nos impide poder serlo a partir de ahora. Solo se trata de tomar el hábito. Mantener nuestro piso ordenado no es cosa de un día de limpieza a fondo, sino de un mantenimiento diario mucho más sencillo.

Los pasos a seguir para organizar nuestra mudanza

Una mudanza bien organizada cuenta con una serie de pasos muy concretos.

– Paso 1: cuando hayamos acordado la fecha de nuestra llegada a la nueva vivienda con nuestra inmobiliaria o particular, debemos empezar sacando todo lo que tengamos en cajones, estantes, armarios, mesillas… y hacerlo por habitaciones.

Lo pondremos el suelo o en una superficie que nos permita visualizarlo y, así, nos haremos una idea de lo que hay. Cogeremos una o varias bolsas o cajas, y las separaremos por utilidades: la primera será basura, la segunda serán donaciones y la tercera, lo que nos quedamos. Esto nos ayudará a organizar nuestros objetos a la vez que nuestros pensamientos.

¿Qué usamos? ¿Con qué frecuencia usamos algo como para que sea tan importante como para quedárnoslo? ¿Esto es para tirar o podemos regalarlo o donarlo? Es muy probable que acabemos deshaciéndonos de muchísimas cosas que, seguramente, no recordábamos que teníamos. Los objetos que nos queramos quedar, ya los tendremos separados y embolsados o empaquetados.

Deberemos hacer lo mismo en todas las estancias, haciendo especial hincapié en los objetos que no estén a la vista; sobre todo, los más pequeños. De los más grandes nos ocuparemos más tarde.

Necesitaremos también tomarnos descansos entre una estancia y otra. Podría llevarnos varios días, pero necesitamos tener la mente despejada para poder decidir con buen criterio qué llevarnos y qué no.

– Paso 2: si tenemos muebles propios y podemos llevárnoslos, habrá que hacer una criba con ellos. Tendremos que separarlos entre muebles decorativos, muebles de gran valor económico o sentimental y muebles estrictamente funcionales.

Si nos vamos de alquiler o compramos una casa ya amueblada, posiblemente habrá muebles que puedan sustituir a algunos de los nuestros y podamos aprovechar para donarlos o venderlos. Si conseguimos un buen precio por ellos, podemos vendérselos a otros particulares que, posiblemente, puedan ir a buscarlos, ahorrándonos el esfuerzo a cambio de un descuento. Si vamos a donarlos, ciertos rastros benéficos tienen servicio de recogida a domicilio.

– Paso 3: dividir la casa. En un lado, depositaremos todas las bolsas, cajas y muebles que vamos a llevarnos con seguridad. En otro, todo aquello que vamos a vender, donar o regalar, pero que en ningún caso nos vamos a llevar. Por último, tendremos que separar todos los objetos que son para tirar. Es importante que tengamos en cuenta la importancia de reciclar los materiales, llevarlos a su correspondiente contenedor o avisar al servicio de recogida de enseres en el caso de electrodomésticos o mobiliario aparatoso.

– Paso 4: si lo necesitamos, una opción es hablar con familiares o amigos que nos ayuden a trasladar los objetos a su destino, ya que puede ser muchísimo trabajo para una sola persona. También existen servicios de mudanza que pueden facilitarnos el trabajo cuando hayamos llegado a este punto.

– Paso 5: este paso se aplica cuando nosotros y todas nuestras cosas estén ya en el nuevo hogar. Es un paso de especial importancia, ya que nos ayudará a establecer un orden inicial con nuestros objetos que luego será más sencillo de mantener a diario.

Sabemos que cambiar de casa puede ser una pesadilla, pero con un poco de previsión y orden podremos llevarlo a la perfección. Es recomendable aplicar estos trucos no solamente cuando tengamos que mudarnos, sino en nuestra vida diaria, como un hábito o mantra. Para muchas corrientes del pensamiento, la organización del hogar es un fiel reflejo del estado mental de una persona. El orden, es tal en todos los sentidos.

Ahora solo queda disfrutar con salud de nuestra nueva vivienda y que sea lugar de celebración de nuestras victorias futuras. El truco es organizar nuestra mudanza del mismo modo en el que desearíamos organizar nuestra vida.

Cómo decorar con un presupuesto low cost

¿Cuántos de nosotros estamos pensando en dotar de un aire renovado a nuestro hogar, pero no podemos permitirnos invertir una gran cantidad de dinero? Existe una solución al alcance de todos. Podemos seguir una serie de recomendaciones para cambiar la decoración con un presupuesto low cost. Será como si estrenáramos casa, aunque sin las molestias de las obras ni nuestra cuenta bancaria en números rojos.

Cómo cambiar la decoración de nuestro piso

Como especialistas en todo lo que rodea al negocio de una inmobiliaria, somos conscientes de la importancia de que un piso ofrezca su mejor cara. Conseguirlo es posible a través de unas ideas muy fáciles de llevar a la práctica. Con estos sencillos consejos, es posible lograrlo.

1. Pintar las paredes con colores que son tendencia

Ya sea en una única habitación o en toda la vivienda, pintar sus paredes es la mejor idea para que luzca como nueva. Podemos elegir un color o combinar dos diferentes, dotando a una pared de un tono diferente al resto. También se puede alternar la pintura con una pared cubierta con uno de los papeles pintados tan en boga hoy en día.

A la hora de elegir los colores, no debemos olvidar consultar aquellos que son tendencia y una vez que estos tiñan nuestro salón, pasillo o dormitorio, los combinaremos con otros elementos decorativos.

2. Elegir unos textiles con estampados de moda

Si nos hemos cansado de la imagen que ofrece nuestro dormitorio o nuestro salón, podemos cambiarla con únicamente introducir unos elementos textiles nuevos. Las cortinas, la colcha de la cama o la funda del edredón nórdico, los cojines del sofá, el mantel de la mesita accesoria, el de la mesa del comedor, una alfombra…

Los estampados de moda, como los inspirados en la naturaleza, se traducirán en espacios cargados de encanto. Pese a que su coste no es elevado, podemos esperar a las promociones y rebajas que se realizan en los comercios de este sector y ahorrarnos un porcentaje que invertiremos en otros fines.

3. Dotar de vida a las paredes

Tanto si cambiamos el color de las paredes con una mano de pintura como si optamos por un papel pintado, su acabado final llegará cuando colguemos en ellas esos cuadros que les dotan de vida. Es el momento de renovar también las obras que encierran los marcos.

Realizar unas ampliaciones de las fotografías familiares de las últimas vacaciones de verano puede ser una excelente idea. También podemos explotar nuestro lado creativo confeccionando un collage. Hay más opciones: prensar flores, enmarcar un pañuelo especial, comprar unas láminas que combinen con el estilo de decoración… Otra interesante opción es incorporar un vinilo.

4. Incorporar muebles de pequeño o medio tamaño al hogar

No se trata de que renovemos el mobiliario, pero sí podemos incorporar algunas piezas complementarias a las que ya tenemos. Si no hemos sacado partido al recibidor de nuestro hogar, es el momento de buscar una solución. Las que incorporan almacenaje para guardar abrigos o calzado son las mejores.

Y por ejemplo, si nos hemos cansado del somier que tenemos como cama, podemos cambiarlo por otro que incorpore un espacio para guardar mantas, toallas, edredones… Será un modo de aprovechar al máximo un espacio sin utilidad, al mismo tiempo que renovamos el estilo del dormitorio.

5. Crear ambientes mágicos con la iluminación

La luz es uno de los elementos clave de la decoración, aunque no siempre seamos conscientes de ello. Debemos aprovechar al máximo la natural, pero no está de más complementarla con la artificial en zonas en las que la primera no es suficiente. Eso nos ayudará a crear ambientes cargados de magia y sacar partido a rincones a los que dotaremos de vida.

Cuando elijamos las lámparas que nos ayudarán a hacer realidad este punto, podemos elegir una que se integre en la decoración, como las que tienen forma de luna llena o las que apagadas, simulan ser un florero de cristal.

6. Reciclar para lograr elementos exclusivos

Reciclar y reutilizar es la nueva consigna que impera en una sociedad en la que cada vez más nos preocupamos por nuestro impacto en el medio ambiente. ¿Por qué no llevarla también al ámbito decorativo? Es el momento de que saquemos partido a esos muebles de los que nos hemos aburrido renovando su imagen. Podemos hacerlo con pintura, decapado, cambiando sus tiradores, eligiendo un nuevo tapizado…

Hay mil y una formas de transformar una pieza de mobiliario que se ha quedado antigua o no se ajusta a las nuevas tendencias del mundo de la decoración. Será como volverla a estrenar, pero adaptada a los tiempos actuales. Y todo ello, sin gastar grandes cantidades de dinero.

Pero el reciclaje puede llevarse a otros enseres para actualizarlos y que su vigencia continúe por más tiempo. Las ideas son múltiples: Pintar de dorado los marcos de los cuadros, colocar flores en una botella de cristal antigua convirtiéndola en un florero, cambiar la tulipa de una lámpara por otra más moderna…

7. Visitar un mercadillo

Darnos una vuelta por mercadillos de segunda mano, al estilo del rastro de Madrid, o aquellos en los que los comercios venden a precio de ganga los productos fuera de temporada puede brindarnos no pocas sorpresas. Son el lugar idóneo para cazar pequeños tesoros por muy poco dinero. Algunos de ellos, además, pueden ser piezas únicas con décadas de antigüedad y cargadas de encanto. ¿Cómo resistirnos a llevárnoslas a casa?

Ir en busca de esos artículos que han sobrevivido al paso de los años puede convertirse, asimismo, en un atractivo plan de fin de semana. Solo tenemos que abrir bien los ojos y no dejar escapar esas figuras de porcelana, un jarrón de cristal de colores, un colgador de metal y el resto de elementos que encajan perfectamente con nuestro nuevo diseño de vivienda. Será como tener objetos llenos de historia o que nos retrotraen a la nuestra.

Una decoración totalmente personalizada siguiendo estas y otras ideas similares nos permitirá renovar nuestro hogar en sencillos pasos y sin un inflado presupuesto. La imaginación será clave para que la nuestra acabe siendo una casa en la que nos sintamos aún más felices.